Crónica Mega GeHoradada 2016

Publicado el Domingo, 31 Julio 2016 Escrito por Kankus y MJ
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EL GRAN FINDE, DIA 1

 Llegada apresurada (siempre corriendo, corriendo, para escaparse del trabajo cuanto antes, este viernes con más motivo aún) y aunque sabíamos que no íbamos a llegar a tiempo para la foto grupal ni para el primer flashmob, (aún teníamos que pasar por el hotel para ponernos el traje pirata, que no era cuestión de conducir desde Madrid con un parche en el ojo), conseguimos llegar con el tiempo justo para el abordaje de la barra del bar en el GeHoCervecitas, que no podíamos perdernos. Hicimos nuestra propia foto de grupo con los que aún seguían jarra en mano por la zona.

 

Cayeron unas cuantas cervezas y algunos cachés, y siendo fieles a nuestra tradición de primer día de evento, más cervezas que cachés, por aquello de saludar a los amigos que tanto tiempo hacía que no veíamos. Y es que ése es uno de los aspectos que más nos gusta del GeHoradada…vemos a gente de todas partes de España que no solemos ver en otros eventos. No todo el mundo tiene tantísimo poder de convocatoria…por razones de sobra conocidas, aunque la mayoría aparecerán en esta crónica rodeados de la palabras simpatía, grandes cachés, magnífica organización, etc…Y, sobre todo, los demás eventos no tienen a Jessi, a Manu, a Pinguinopipo, y a muchos más que me dejo (voluntarios aparte) porque sino esta crónica sería interminable.

 Lo dicho, que ni nos movimos de la playa en toda la tarde-noche (no hizo falta para el Earthcaché allí situado) pues allí mismo, en el chiringuito, cenamos como reyes (y eso que éramos piratas) con gran deleite y sorpresa de los mini-muggles que nos rodeaban, mientras sus padres nos preguntaban si había algún cumpleaños o fiesta infantil por allí. Pusieron cara rara cuando les dijimos que no había ningún motivo especial, que éramos así…”Hijo, ven aquí que esta gente quiere cenar tranquila, devuelve la espada y la pistola, anda”…La verdad es que estábamos tan, tan a gusto al lado del mar (ya teníamos mono…que vaya, vaya, en Madrid no hay playa) que hasta nos iba a costar movernos si no mediaba una buena razón…

 Y la había…una convocatoria para un caché nocturno especial…”En busca del antídoto” “¿Antídoto para que?” “Vaya, si conocemos ya el lugar del anterior GeHoradada…Aquí dejamos pendiente un Wherigo…Uy, a lo mejor nos da tiempo a rematarlo…si no nos cambiamos de ropa.” Así que, aún con el atuendo pirata (algunos por necesidad, otros por pura diversión, que nos va la marcha, para qué engañarnos) nos pusimos manos a la obra, y casi no llegamos al nocturno a tiempo, pero llegamos (debe ser otra seña de identidad, llegar por los pelos). Allí nos explican que hay que estar en silencio y aguzar los oidos…Pues si es así, el nivel de dificultad está mal indicado, porque siendo tantos era realmente difícil conseguir algo de silencio, pues en cuanto se lograba alguien aprovechaba la ocasión para decir algo gracioso, o casi. Finalmente, y tras algo de suspense, llega el ansiado sonido y la marabunta (no exagero) se desplaza hacia el lugar. Alguien (aquí me fundí con la masa, no recuerdo los detalles exactos) encontró el contenedor, alguien sacó el logbook, mientras yo llegué a sujetar el caché, aparecieron manos de todas partes recogiendo objetos del interior del contenedor por si eran de recuerdo…Alguien (quizá yo mismo) dijo que no, no os los llevéis, que si no los que vengan mañana no tienen…Venga, a devolverlos…(aquí tengo que destacar la buena voluntad de la mayoría del personal, pues, aunque no volvieron todos los objetos repartidos, si se devolvieron la mayor parte), hasta que, por fin, alguien de la organización (el mismísimo Manupor in person) nos aclaró que sí, que sí, que son para recuerdo…así que a volverlas a repartir, con la ventaja de que ahora sí que había para todos, pues ya una gran parte de los buscadores habían partido ya en busca de otros cachés…y sólo quedábamos unos poquitos…cuarenta o cincuenta personas, nada más, de marujeo y conversación, planificando la siguiente jornada. En resumen, habían pasado veinte minutos en los que, en algún momento, creo recordar que incluso llegúe a firmar en el logbook, o no, no sé…

 Tras el momento marabunta, los más prudentes se fueron al hotel a descansar pensando en que la   jornada del sábado iba a ser bastante dura (se estaban fraguando quedadas geocacheras con diversos objetivos). Los menos prudentes, entre los que nos contamos, nos dispusimos a recuperar el tiempo perdido, que habíamos llegado tarde y sólo llevábamos tres o cuatro cachés en el cuerpo nada mas…así que nos dirigimos a hacer algún caché más de los cercanos…pues en Pilar de la Horadada, estés donde estés y tengas los encontrados que tengas, siempre va a haber algún caché cercano que todavía no has hecho. Pero no era cuestión de ir a cualquier caché, sino que aprovechamos los sabios consejos de los que llevaban más tiempo que nosotros en Pilar de la Horadada (algunos llevaban en la ciudad una semana entera, alternando playa y geocaching, los muy…) y nos recomendaron tres cachés en especial, puestos para el evento, que no nos podíamos perder. Luego supimos que, en la bolsa entregada con la acreditación, además de la camiseta, la geocoin y otros objetos, se incluía una super útil guía de cachés de la ciudad, con indicación de los favoritos de eventos anteriores. En dicha guía, para el año que viene, no faltarán los favoritos los tres que ahora os cito. Para gustos los colores, y Pilar de la Horadada está llenísimo de cachés muy, muy buenos, pero que desde ahora apunto estos tres como imprescindibles para todo geocacher que aparezca por el Levante español…

Travelbug Graveyard GC5BYVQ

78 El caché invisible III GC6G1BF

¿Y esto que es VIII? - Parque Central GC6HAX9

Sin comentarios. Cualquier cosa que os cuente se quedará corta, simplemente leed los logs y flipar…

Y luego, aunque alguno hubo que siguió haciendo cachés (hay mucho vicio por ahí) nosotros nos fuimos directos al hotel y a la cama, a descansar, que ya está bien, y sin haber pasado aún por la carpa a recoger la acreditación. Bueno, mañana será otro día…sábado, concretamente.

EL GRAN FINDE, DIA 2

Llegando tarde el viernes, y teniendo que volver a Madrid el domingo no excesivamente tarde por aquello de que al día siguiente se trabaja y por si el atasco, para nosotros el día grande era el sábado. Y vaya si lo fue, no desperdiciamos ni un minuto, pero eso sí, a nuestro estilo, saboreando cada momento…Quedada para desayunar, con unas tostaditas ricas, ricas, mirando al mar soñé…(no, esto no es aquí, perdón, es la falta de sueño). Recorrido para completar los Labs que nos faltaban (qué divertidos y qué distintos a otros hechos en otros megas) Luego, el plato fuerte del día…los cachés acuáticos. Organización impecable para alquilar los patines (gracias, Lola), acaparamos todos los disponibles, los muggles que quisieron alquilar uno tuvieron que esperar a que acabáramos…y os puedo asegurar que agotamos el tiempo contratado, pues disfrutamos de cada minuto en el mar. Tras un abordaje nada elegante de los patines vino una breve singladura a base de motor cuatro piernas, y luego una sesión de natación nada sincronizada para llegar a las boyas. De una boya a otra, fuimos sumergiéndonos algunos hasta encontrar los cachés, sacar su correspondiente logbook y llevarlo a los aprendices de marineros que tripulaban los patines para firmarlo. La experiencia, súper divertida y entretenida nos llevó casi toda la mañana para firmar cinco cachés, pero mereció la pena. Ya conocéis nuestro lema…no buscamos números, buscamos sensaciones. Y las tuvimos al máximo…sobre todo la sensación de cansancio aquella misma noche…

Nos dimos cuenta de dos cosas: que no nos habíamos podido usar nuestro vale del Rocódromo, muy a nuestro pesar, y que aún no habíamos pasado por la Carpa a recoger la acreditación…en fin, ya lo haríamos por la noche, antes de la cena…pero para eso faltaban aún algunas horas y un buen puñado de cachés encontrados.

Porque no paramos. Bueno, lo justo para comer en otro chiringuito playero, otra vez estupendamente. Sin tregua, nos lanzamos a la caza y captura de cuanto caché pendiente quedara al alcance. La serie del carril bici cayó, desvelamos la polémica escultura, la senda de El Pilar al Mar, en parte, y alguno que otro más que se puso a tiro por donde pasamos. Menos mal que a esas horas no había casi muggles en la calle, porque lo de ser discretos buscando quince personas vestidas de naranja fosforito resultó complicado.

Así estuvimos hasta que el sentido común, o el cansancio, nos impusieron una paradita para tomar un café o un refresco antes de ir al hotel a ducharse y cambiarse para cenar, que no era plan de presentarse en la cena oliendo a tigre, que lo de los piratas fué ayer. No supone un gran ejercicio de adivinación averiguar dónde nos tomamos el café…pues sí, en otro chiringuito en la playa. Si es que la cabra tira al monte, bueno, en éste caso el pirata al mar.

Increíblemente, teníamos casi una hora libre, que aprovechamos algunos para disfrutar de la piscina del hotel (se ve que no habíamos tenido suficiente agua) de una forma relajada, una ducha rápida, lavar la camiseta un poco… y la carpa, a cenar. Y sí, recogimos nuestras acreditaciones al fin.

Al llegar, saludos, besos y abrazos, escapadita rápida para hacer los cachés nuevos cercanos a la carpa, que todavía no habíamos hecho, más saludos y besos en recorrido por las mesas…cuánta gente, ahora si se nota el mega-mega, y eso que aquí no está todo el mundo…besos, sentaos por favor, que hay que poner más mesas…cola para pedir la comida, que aprovechas para practicar nuestro segundo deporte favorito…el marujeo geocachero, que rápidamente deriva en geo-despelleje, sano, eso sí. Casi nos pilla el espectáculo en la cola…Sí, sí, hubo espectáculo. Lo ponía en el programa, ése mismo que no habíamos consultado, así que nos pilló un poco de sorpresa. Divertida sorpresa, reinona drag-queen para la ocasión, que no sé si pensar que estaba ella más sorprendida que nosotros. Hizo gala de una gran habilidad en el uso de la lengua (como mínimo, trílingüe, incluyendo el alemán) aunque de seguro que tuvo que moderar su repertorio de chistes, por aquello del público infantil presente en la sala. A pesar de ello, estuvo divertida e inolvidable en su contraste, con su bata de cola y corsé embutiendo un cuerpo de portero de discoteca inflexible y barbudo. Luego, emotivo mini homenaje, canción incluida, a Plis-Plas por parte de Kenobi y unos cuantos espontáneos, previo a la disco-móvil con DJ dispuesta al efecto (un pinchadiscos de los de toda la vida)

GS en el GeHoradada 2016

Nuevamente dejando los cachés a un lado ante la posibilidad de juerga y cachondeo inminentes, aceptamos el reto discotequero y, literalmente, destacaron los chicos de naranja fosforito de GeocachingSpain moviendo el esqueleto, además de los incombustibles EduH y Kenobi, que seguro que no usan pilas alcalinas, sino nucleares, aunque no muestren signos de radiactividad, sino más bien de hiperactividad.

Aparecieron pelucas, se improvisaron bailes imposibles, no fallaron los clásicos llenapistas ni faltaron otros pelotazos veraniegos, para sufrimiento de algunos y deleite de otros (ése “inolvidable” Paquito el Chocolatero, por favor…) hasta que el DJ dió por finalizada la sesión, supongo que velando por su propia salud mental…porque la nuestra la dio por perdida (según últimas informaciones recibidas, en los días siguientes el DJ canceló varias galas y siguió terapia de choque a base de ver cine finlandés de autor…en versión original).

Recuerdo entonces haber tenido un pensamiento espontáneo sobre el increíble trabajo de los voluntarios de la organización, y su infinita paciencia, cuando cerraron la carpa a altas horas de la madrugada con nosotros aún en la puerta, en corrillo de conversaciones sobre lo divino y lo humano, geocaching aparte, y, cómo no, con unas cervezas en la mano bien fresquitas que el previsor MiTesoro atesoraba en una nevera en el maletero. El algún momento de la madrugada, conseguimos por fin llegar al hotel a disfrutar de un merecido descanso…por unas horas.

EL GRAN FINDE, DIA 3

 Quizá, por aquello del karma y para compensar lo bien que lo estábamos pasando, algo tenía que salir mal a alguien, y fuimos los elegidos. Por la mañana al ir a coger el coche estaba sin batería. Al parecer, es algo habitual en la zona por el calor, pues posteriormente supimos que no habíamos sido los únicos. Nada grave, auxilio con pinzas por parte de los amigos y a desayunar sin prisas en el mismo bar que el día anterior, más vale lo muy bueno conocido. Pero nuevamente el puñetero karma se puso pesadito y otra vez tuvimos problemas con la batería al volver de desayunar. Nos resignamos ascéticamente y, tras un par de asanas, arrancamos cuesta abajo y pedimos socorro telefónico a Jessi, quien nos informa sin dudarlo de un taller abierto en domingo donde poder cambiar la batería. Como es normal, nos orienta mediante un caché cercano al taller que, ya es mala suerte, habíamos hecho el año anterior. Ahora ya sabemos para qué necesitábamos el antídoto…"¡Mardito karma!"

 Mientras, nuestros amigos recorrían la idílica zona de Cabo Roig de caché en caché y, fieles a su estilo, con alguna que otra paradita para tomar una cerveza y hacer tiempo hasta que llegáramos, lo que ocurrió así como un par de horas después. Resuelto el problema bateril, cervecita de rigor para celebrarlo y conjurar el karma, y directos a la GeHopaella, una tradición en el GeHoradada que se va a convertir en un clásico, pues es el momento de volver a ver a los demás equipos y comentar los cachés del fin de semana, para apurar posibilidades antes de la vuelta.

Terminada la paella, tan rica como siempre, se nos pone cara de lunes pensando en la vuelta a Madrid, al curro, lejos de ésta playa, de éstos cachés, de éstos compis venidos hasta Pilar desde todas las partes de España…y Europa. Ronda de besos y abrazos, ésta vez sin cervezas…que hay que conducir.

 Cuando, ya de vuelta a casa, repasamos el contenido de la bolsa a modo recordatorio, vimos una vez más la extensa e intensa programación prevista por la organización, y nos dimos cuenta de que no habíamos podido asistir al noventa por ciento de las actividades previstas…había actividades a todas horas y para todos los públicos, era materialmente imposible asistir a todas sin el don de la ubicuidad. No pudimos asistir al CITO, y bien que nos hubiera gustado, ni participar en la batalla láser, el flashmob, los enterramientos playeros o la gymkhana…en fin, no se puede tener todo, que luego el karma te pasa factura en forma de dueño de taller ligeramente obeso, que para eso abre los domingos.

 Aquí pongo el enlace para que echéis un vistazo a lo que se han perdido todos aquellos que han tenido la mala suerte de no poder asistir al GeHoradada 2.016.

http://gehoradada.wix.com/2016#!actividades/cee5

 Ésta es la crónica de lo que nosotros hicimos. Y aunque los “sospechosos habituales” de Geocaching Spain estuvimos juntos casi todo el tiempo, cada equipo podría haber contado una historia completamente diferente, cada uno de los asistentes podría haberos transmitido sensaciones diferentes, todas positivas. Porque es lo que tiene éste evento, se convierte en una experiencia única. Afortunadamente, el año que viene podremos volver a por nuevas sensaciones para nuestra “colección”, con o sin cachés nuevos (que seguro que los habrá).

 Nos vemos el año que viene en Pilar de la Horadada ¿Será o no Mega? Da igual, portaos bien y vigilad vuestro karma, para no faltar a la cita…

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